Greased lightnin’
Prosperidad, amas de casa y moda:
Palomitas, manta, sofá, una tarde despejada y un buen clásico. Este tipo de entretenimiento cinéfilo es para muchos un ritual de domingo, un lujo navideño o un momento de desconexión ocasional. Y aunque pueda parecer totalmente superfluo, la verdad es que las películas que vemos terminan por ocasionar un tremendo impacto en nuestra personal ya sea de manera subliminal o consciente.
En este respecto, quizás uno de los largometrajes mas influyentes de la segunda mitad del siglo XX sea “Grease”. Este apasionante relato sobre un amor de verano adolescente enfrentado a las trabas adolescentes del instituto con John Travolta y Olivia Newton-John a la cabeza del reparto, marcó los gustos de toda una generación, además de cautivar los sentidos de las que aún quedaban por venir.
Courtesy of Pinterest. Película “Grease” |
Una comedia romántica que verdaderamente captura la esencia de los años cincuenta (a pesar de representarse en un contexto idealizado), con sus tendencias y diversos gustos musicales. Precisamente, ese es uno de los focos de atención mas llamativos del filme, las respuestas que proporciona a la curiosidad que por naturaleza todos experimentamos hacia lo que sucedió en el pasado.
Primero de todo, es importante ponerse en situación. Una vez pasados los primeros años de posguerra, la economía volvía a florecer entre los escombros de la pesadumbre provocada por la II Guerra Mundial por lo que un estilo de vida mas ocioso volvía a estar disponible para muchas personas que se habían visto resentidas por la austeridad, por lo que nadie dudó en echar mano de ello.
Courtesy of Pinterest. |
La moda en concreto, como sabemos, es una poderosa herramienta para reforzar la autoestima y la seguridad en uno mismo y en 1950 también se hizo uso de este conocimiento. Se erigió un canon de elegancia y dignidad inquebrantable que no fue sino el primer reflejo que el diseño de moda dio a conocer al mundo, pues fue en esta remarcable década cuando la alta costura por fin tomó la popularidad internacional bajo la cual hoy día la conocemos. De hecho, solo necesitamos echar un simple vistazo al “New Look” que Christian Dior sacó a la luz en 1947 para formarse una idea nítida de lo que implicaba vestir con gusto hace setenta años.
Courtesy of Pinterest. “New Look” |
En cierto modo esta inclinación hacia los talles ceñidos, faldas largo hasta la rodilla y sombreros opulentos puede entenderse como una llamada a la nostalgia, pero, ¿Por qué precisamente cuando la sociedad comenzaba a retomar el ritmo tras un acontecimiento bélico de escala mundial iba esta misma a querer retroceder en el tiempo?
La explicación es sencilla, es a los años previos a la tragedia a lo que las personas anhelan retornar, a la inocencia de lo desconocido, a la esperanza despreocupada, a la confianza plena y a la fe ciega, incluso si ello implica renunciar a ciertos logros que únicamente pudieron ser conquistados mediante la aridez del campo de batalla. Entre otros, es recalcable el retroceso en el movimiento sufragista que aconteció a las mujeres durante estos años, pues tras decenas de años enfrentándose a responsabilidades que nunca antes les habían sido encomendadas y traumas que dejaron una huella emocional grabada en ellas, el ser “cuidadas y protegidas” por el sexo “fuerte” otra vez, era una idea para laque estaban dispuestas a pagar semejante precio. También teniendo en cuenta que los hombres estaban ansiosos por volver a su posición autoritaria de privilegio.
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Las tendencias que se posicionaron en lo alto de este renacer del glamour fueron los vestidos, ceñidos al cuerpo para resaltar la figura (en especial la cintura) que antes se vieron escondidas por monos de trabajo.
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Los pantalones de corte capri o unos mas largos y con la bota mas ancha; la feminidad era el objetivo a alcanzar en la moda para mujer, no obstante, esto no implica que no se pudiese lograr mediante estas prendas.
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Las adoradas minifaldas, no fueron precisamente algo aclamado durante este tiempo puesto que simbolizaban la una falta de respeto y la obscenidad, de tal modo que solo se aceptaban los dobladillos que como mínimo alcanzasen a tapar las rodillas.
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En el departamento de accesorios, los sombreros de ala ancha, los guantes y las gafas coloridas de pasta se situaron en el podium de las ventas.
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Por otro lado, para los chicos, vemos como hay una profunda veta entre las personas de poderes adquisitivos distintos. La escritora Susan Eloise Hinton plasmó con sumo detalle los rasgos propios de los llamados “greasers” y “socs” respectivamente en su novela Rebeldes, la cual sería llevada a la gran pantalla más tarde donde se le concedió un carácter visual a ambos grupos.
Courtesy of Pinterest. Película “Rebeldes” |
El primero, se conformaba por los muchachos con menos posibilidades económicas los cuales adoptaron el famoso estilo James Dean como seña de identidad. En tras palabras, su uniforme se componía por una simple camiseta de color blanco (aunque por lo general en condiciones deplorables) y un par de vaqueros azules.
Courtesy of Pinterest. Greasers |
En contraposición, los últimos, más adinerados, se vestían acorde a su estatus social. Americanas, chalecos de punto, corbatas, zapatos de cuero y camisas a cuadros son algunas de las piezas que acostumbraban a vestir este otro conjunto.
Courtesy of Pinterest. Sois |
En cierta manera, esta descripción de la época resuena con la situación que experimentamos en la actualidad, el retorno de entre las sombras de las desgracias que lentamente empieza a sucederse, el arrebato de los derechos de comunidades discriminadas como el colectivo LGTBIQA+, el despertar de la estética académica de la mano de marcas como Miu miu,... todo ello parece orbitar a lo aquí descrito. Quizás solo sea una ilusión, pero desde luego, si los tiempos se repiten, esperemos no caer en los mismos errores.
Courtesy of Pinterest. Miu miu |
Á bientôt,
Le Chaos.
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Prosperity, housewives and fashion:
Popcorn, a cozy blanket, the couch, a worry-free afternoon and a good classic. This type of cinephile entertainment is for many a Sunday ritual, a Christmas treat or a moment of occasional disconnection. And although it may seem totally superfluous, the truth is that the movies we watch end up having a tremendous impact on our personal lives, either subliminally or consciously.
In this regard, perhaps one of the most influential feature films of the second half of the 20th century is “Grease”. This exciting story about a teenage summer love faced with the adolescent obstacles of high school starring John Travolta and Olivia Newton-John, marked the tastes of an entire generation, and captivated as well the senses of those who were yet to come.
Courtesy of Pinterest. Movie “Grease” |
A romantic comedy that truly captures the essence of the fifties (despite being performed in an idealized context), with its tendencies and diverse musical tastes. This is precisely one of the most striking focuses of attention in the film, the answers it provides to the curiosity that we all naturally experience towards what happened in the past.
First of all, it is important to get to know the context in order to understand the situation. Once the first post-war years had passed, the economy was once again flourishing amid the rubble of the World War II gloom, so a more leisurely lifestyle was once again available for many people who had suffered from austerity, so no one hesitated to make use it. Fashion in particular, as we know, is a powerful tool to boost self-esteem and self-confidence and in the 1950s this knowledge was also put to work.
Courtesy of Pinterest. |
A canon of elegance and unwavering dignity was erected, which was nothing but the first reflection that fashion design made known to the world, since it was in this remarkable decade when haute couture finally gained the international popularity under which we know it today. In fact, we only need to take a single glance at the “New Look” that Christian Dior brought to life in 1947 to form a clear idea of what it meant to dress with taste seventy years ago.
Courtesy of Pinterest. “New Look” |
In a way, this inclination towards tight waists, knee-length skirts and opulent hats can be understood as a call to nostalgia, but why, precisely when society began to pick up the pace after a global war event, would they feel the need to go back in time?
The explanation is simple, it is to the years before the tragedy that people yearned to return, to the innocence of the unknown, to carefree hope, to full trust and blind faith, even if it meant giving up certain achievements that could only have been conquered through the aridity of the battlefield. Among others, the setback in the suffrage movement that happened during these years is noteworthy, as after decades of facing responsibilities that had never been entrusted to them before and traumas that left an emotional imprint on them, being "cared for and protected” by the “strong” sex again, was an idea for which women were willing to pay such a price. Also bearing in mind men were anxious to return to their authoritarian position of privilege.
Courtesy of Pinterest. |
The trends that were positioned at the top of this revival of glamour were dresses, tight to the body to highlight the figure (especially the waist) that were previously hidden by work overalls.
Courtesy of Pinterest. |
Femininity was the goal to be achieved in women's fashion, however, this does not imply that it could not be achieved through capri-cut plantas and longer ones with a wider boot.
Courtesy of Pinterest. |
The beloved miniskirts were not exactly acclaimed during this time since they symbolized disrespect and obscenity, in such a way that only hems that reached at least the knees were accepted.
Courtesy of Pinterest. |
In the accessories department, wide-brimmed hats, gloves and colorful horn-rimmed glasses were on the sales podium.
Courtesy of Pinterest. |
On the other hand, for boys, we see how there is a deep vein between people with different economical powers. The writer Susan Eloise Hinton embodied in great detail the characteristics of the so-called "greasers" and "socs" respectively in her novel The Outsiders, which would later be brought to the big screen where both groups were granted a visual character.
Courtesy of Pinterest. Movie “The Outsiders” |
The first, was made up of the boys with less monetary possibilities who adopted the famous James Dean style as a hallmark. In short, their uniform consisted of a simple white T-shirt (although usually in deplorable condition) and a pair of blue jeans.
Courtesy of Pinterest. Greasers |
In contrast, the latter, a.k.a the wealthiest, dressed according to their social status. Blazers, knitted vests, ties, leather shoes and checked shirts are some of the pieces that used to wear this other set.
Courtesy of Pinterest. Socs |
In a certain way, this description of the time resonates with the situation we are currently experiencing, the return from the shadows of misfortunes that is slowly beginning to happen, the snatching of the rights of discriminated communities such as the LGTBIQA+ collective, the awakening of the academia aesthetic with brands such as Miu miu,... all this seems to orbit what is described here. Maybe it's just an illusion, but of course, if times do repeat themselves, let's hope we don't fall into the same mistakes.
Courtesy of Pinterest. Miu miu |
À bientôt,
Le Chaos.
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