Even better than Narnia…

¿Salir, o entrar en el armario?:

Es oficialmente otoño; la estación de las calabazas, los hogareños jerséis de lana, los amaneceres tardíos, las botas de lluvia y los caminos teñidos de ocre por las hojas caídas. Mis palabras serán para muchos como un golpe difícil de digerir tras el plácido sueño de verano, mientras que otros tantos las llevaban contando los días para poder escucharlas desde que comenzaron a elevarse las temperaturas. 

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Pero, ya forméis parte de uno u otro grupo (o de algún punto indefinido en la escala de grises entre ambos extremos) el caso es que no se pueden evitar ni el paso del tiempo ni sus consecuencias. Aunque, afortunadamente, si que podemos elegir cómo afrontarlos, así que ¿por qué no hacerlo con estilo? Al fin y al cabo, los refranes son lecciones de vida que riman, y “al mal tiempo, buena cara” es la mejor filosofía en estos instantes. 

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Cuando experimentamos emociones particularmente desmoralizadoras o nos vemos confrontados con una situación costosa de gestionar, como en este caso pueden ser la vuelta a los horarios establecidos por las obligaciones laborales y/o académicas, es fácil refugiarse en las compras compulsivas, resulta casi como un refugio familiar al que acudir hasta que amaine la tormenta. Y como prueba de que hago esta afirmación sin ánimo de reproche, confesaré que soy la primera persona que sucumbe a esta tentación como parche a mis inquietudes, lo cual no me hace peor persona sino que pone de manifiesto mi necesidad de comenzar a practicar métodos más eficientes, saludables, económicos y sostenibles de lidiar con mis ansiedades. 

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Y aunque en un principio se presente como una tarea inasequible, lo cierto es que realizarla en conjunto siempre es más sencillo que de forma individual, motivo de más para hacer de esta un movimiento de masas. Un buen remedio para la sed de conquista de cada tienda conocida es sustituir esta caza de los centros comerciales por una en un lugar infinitamente más cercano a nosotros: nuestro propio armario. 

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Esto no sólo evitará que desplumemos nuestra cuenta bancaria o despilfarremos nuestros atesorados ahorros; sino también que acabemos con bolsas rebosantes de artículos nuevos (los cuales han sido producidos en condiciones pésimas) que no nos hacen la menor falta, y que incluso en muchos casos ni siquiera nos gustan realmente, de lo que no nos damos cuenta hasta que ya es demasiado tarde. 

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En nuestros propios repertorios estilísticos ya se esconden verdaderos diamantes en bruto de los que ni siquiera nos acordamos, puesto que un determinado momento decidimos que ya no eran de nuestro agrado, que ya no eran del tallare adecuado o que, sencillamente, descuidamos entre el laberinto de ropa que ya poseemos. Todos estas cenizas de recuerdos disueltos en nuestra memoria son prendas que todavía son muy valiosas. Hemos hablado con anterioridad de cómo funciona el bucle de la moda, pero en resumidas cuentas, se trata de un ciclo repetitivo en el cual las mismas tendencias se suceden entre sí, de modo que lo que en el ayer pudo resultarnos poco atractivo, hoy puede ser la causa del éxtasis del pueblo.

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90s Naomi Campbell

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2022 Kendall Jenner 


Dados todos estos cautivadores motivos, casi parece una incongruencia el no ir de compras en nuestra propia casa, por lo que a todos vosotros a los que haya cautivado con mi exposición en favor de esta actividad, os daré no sólo algunas ideas de modas que probablemente adquiristeis en un pasado y que temporalmente relegasteis a la lista indeseable, sino también un truco infalible para detectar si en verdad estas apelan a vuestros gustos o si son meramente caprichos fruto de una falsa sensación de carencia. 

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Este es, más bien, es una pregunta que hacerse a uno mismo ante cualquier indicio o sospecha de duda respecto al apego que podamos tenerle a una prenda, pues otro de los objetivos de este planteamiento es el aligerar la carga de objetos que ocupan sin finalidad alguna espacio en nuestros hogares y que de otro modo podrían resultar provechosas en manos de otra persona. En resumidas cuentas, para eludir caer en los mismos errores enumerados, plantearse si dicha pieza es algo que nos pondríamos aún cuando no fuese tendencia, es decir, si haríamos uso de ella aunque el resto del mundo pareciese rechazarla e incluso los medios sostuviesen una opinión poco favorable a su respecto. Si la respuesta es afirmativa, entonces ¡enhorabuena! Has dado con una reliquia; y si es es un “no”, entonces deberías proceder a liberarte de ella del modo que te resulte más oportuno, ya sea revendiéndolo en plataformas de segunda mano, reciclándolo o donándolo. 

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Ahora si, esta temporada algunas corrientes que fluirán con mayor fervor serán los suelos barridos, ya no por escobas, sino por los bajos de faldas y vestidos maxi, los cuales quizás unos años atrás catalogamos como “aburridos” pero ahora son un recurso versátil y cómodo de llevar. 

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Con un sabor más amargo, tenemos el estilo punk que revive como lo pudiera hacer durante la fase más rebelde de la adolescencia, haciendo tomar un giro inesperado al ya conocido estilo preppy (https://creativitymidstchaos.blogspot.com/2021/10/xoxo-gossip-girl.html) o también conjuntado con siluetas que sacan a relucir curvas, siluetas y figuras. 

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Y, finalmente, para alegria de todos los fanáticos de la década ochentera, os comunico que desempolvar las hombreras es la mejor manera de reparar la rutina pues los trajes de poder que tanto abarcaron durante aquellos años de nuevo resurgen en toda su gloria en colores intensos como el fucsia o el azul klein.

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À bientôt,
Le Chaos.

 

To come in or out of the closet?:

It's officially fall; the season of pumpkins, homely woolen sweaters, late dawns, rain boots, and ocher paths tinged by fallen leaves. My words will be for many a hard blow to digest after the placid summer sleep, while others have been counting the days to be able to listen to them since the temperatures began to rise. 

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But, whether you are part of one group or another (or of some undefined point on the gray scale between the two extremes), the fact is that neither the passage of time nor its consequences can be avoided. Although, fortunately, we can choose how to deal with them, so why not do it with style? After all, proverbs are life lessons full of wisdom, and making lemonade is the best philosophy when life gives us lemons. 

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When we experience particularly demoralizing emotions or we are confronted with a situation difficult to manage, as in this case it may be the return to the schedules established by work and/or academic obligations, it is easy to take refuge in compulsive purchases, it is almost like a familiar place to go to until the storm subsides. And I will confess that I am the first person to succumb to this temptation as a patch for my concerns, in order to exemplify that this does not make me a worse person but rather highlights my need to start practicing more efficient, healthy, economical and sustainable ways of dealing with my anxieties. 

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And although at first it appears as an unattainable task, the truth is that doing it together is always easier than individually, all the more reason to make out of this a mass movement. A good remedy for the thirst to conquer every known store is to replace this hunt in the shopping malls with one in a place infinitely closer to us: our own closet. 

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Not only will this prevent us from plundering our bank account or squandering our treasured savings; but also that we end up with overflowing bags with new items (which, by the way, have been manufactured in terrible conditions) that we do not need the tiniest bit, and in many cases we do not even really like them, which we do not realize until it’s too late. 

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However, true hidden jewels are already hidden in our own stylistic repertoires that we don't even remember, since at a certain moment we decided that they were no longer to our liking, that they were no longer the right cut or that, simply, we neglected in the labyrinth of clothes we already own. But all these ashes of memories dissolved in our memory are garments that are still very valuable. We have talked before about how the fashion cycle works, but in short, it is a repetitive circuit in which the same trends follow one another, so that what yesterday was considered to be unattractive, today can be drive people crazy in ecstasy. 

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90s Aaliyah 

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2022 Hailey Bieber 


Given all these captivating reasons, it almost seems incongruous not to go shopping in our own home, so to all of you who have been captivated by my exposition in favor of this activity, I will give you not only some ideas of trends that you probably acquired in the past and that you temporarily relegated to an undesirable list, but also an infallible trick to detect if they really appeal to your tastes or if they are merely whims resulting from a false sense of lack. 

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This is, rather, a question to ask oneself before any indication or suspicion of doubt regarding the attachment that we may have to a garment, since another of the objectives of this approach is to lighten the load of objects that occupy  space without purpose, and that might otherwise be profitable in someone else's hands. Summed up, to avoid falling into the same errors listed, ask yourself if this piece is something you would wear even if it wasnt trendy, that is, if you would use it even if the rest of the world seemed to reject it and the media held an unfavorable opinion about it. If the answer is yes, then congratulations! You have found a relic; and if it is a “no”, then you should proceed to get rid of it in the most convenient way for you, either reselling it on second-hand platforms, recycling it or donating it. 

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On the other hand, this season wilk roar with great fervor with sweeping floors, not by mops and cleaning products, but by the bottoms of skirts and maxi dresses, which perhaps a few years ago we classified as "boring" but now are seen as a versatile resource of comfort. 

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With a more bitter taste, we have punk clothing that revives as it could do during our most rebellious phase of adolescence, taking an unexpected turn to the well-known preppy style (https://creativitymidstchaos.blogspot.com/2021/10/xoxo-gossip-girl.html) or also combined with silhouettes that bring out curves, and figures. 

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Finally, joyfully for all fans of the eighties, I inform that dusting off shoulder pads is the best way to go back to the routine because power suits that took up such an important piece of fashion during those years are once again resurfacing in all their glory in intense colors, such as fuchsia or klein blue.

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À bientôt,
Le Chaos.

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