I forgot how to travel after lockdown…

Guía para hacer las maletas sin perder los calcetines (o la cabeza):

Dos años es suficiente tiempo (e incluso, en mi opinión, demasiado) para lograr que hasta el más sedentario de los sujetos añore la magia de abandonar temporalmente su hogar y sentar pie en tierras ajenas, dicho en otras palabras, viajar. 

Fuente: Pinterest/ Source: Pinterest.

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No obstante, también debemos tomar en consideración uno de los pocos aspectos positivos que las restricciones sanitarias sostienen, esto es, un renovado sentido de la apreciación por aquello que nos rodea. De modo u otro, como si de girasoles se tratase, nos hemos visto obligados a buscar la luz cuando nuestra mayor fuente de alumbrado se vio sumida en la penumbra, y afortunadamente la mayoría de nosotros se llevó una grata sorpresa. Es comúnmente sabido que cuanto más cerca se tiene un tesoro, tanto más ciegos nos tornamos ante este; quien nos iba a decir que justamente delante de nosotros teníamos una hermosa colección de diamantes en bruto que llevábamos años ignorando. Por lo cual, ahora que sabemos que nuestros jardines también albergan flores de deliciosos aromas, ahora que somos conscientes de que nuestras ciudades también poseen lugares enigmáticos aún por explorar, ahora que hemos dejado de dar nuestro entorno y sus maravillas por sentado, ¿Quién va a querer desprenderse durante el más mínimo instante? Pues precisamente, todos y cada uno de nosotros. 

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Parece un tanto paradójico, pero en verdad, distanciarse, establecer límites y determinar un espacio entre aquello que más amamos y nosotros mismos más que debilitar el vínculo que sostenemos con ello, nos hace fortalecer nuestra conexión. Metafóricamente visto, se puede comparar con nuestra canción favorita. Sí, la podemos escuchar infinidad de veces disfrutando siempre como si fuera la primera, sin embargo seguimos necesitando tener más opciones en nuestro repertorio musical, pues de otro modo se terminaría produciendo un hastío irreparable hacia dicha melodía. Es simplemente por esto, por lo que pasar cierto tiempo fuera del nido, más que hacernos despreciarlo, aumenta nuestras ganas de retornar a él. 

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Atendiendo a este deseo de indagación, quizá la única excusa restante, aplazando esa escapada de fin de semana, este crucero por la costa mediterránea o esa visita a la montaña, es la agonizante tarea que constituye hacer maletas, la cual corre el riesgo de haberse convertido aún más tediosa con la pérdida de práctica. Así que, con la llegada de junio y la consagración oficial de la época de estío que siempre con lleva grandes incrementos en los niveles turísticos, os presento el remedio a vuestro desconsuelo: una selección de los trucos e imprescindibles que siempre conservo bajo mi manga cuando los periodos vacacionales hacen acto de presencia. 

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En primer lugar, y ocupando su merecido puesto en la cúspide de esta lista, está lo que he designado como: el bolso de los bolsos. Si eres una de esas fantásticas criaturas, capaz de elegir uno entre todos sus bolsos y no sentir remordimiento alguno por los accesorios dejados atrás, te doy la enhorabuena, eres oficialmente la envidia del resto de la humanidad. Por otro lado, si tomar tamaña decisión se te hace tan difícil como declarar cuál de tus hijos es tu favorito, te diré que no estás solo, somos muchos los que batallamos con este dilema, pero tras años de desesperación y de selecciones hechas a base de lanzar una moneda al aire, he terminado por elaborar lo que es algo similar a un juego de muñecas rusas ideado con carteras. En pocas palabras se trata de meter de menor a mayor tamaño cada bolso en el interior del siguiente hasta terminar con uno que contiene el resto de ellos. 

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Está claro que hay prendas que jamás pueden faltar en nuestro equipaje, y que en caso de estar ausentes pueden provocarnos algo semejante a una taquicardia, por lo que tras un número considerable de visitas a urgencias provocadas por bañadores olvidados o zapatos descuidados, llegue a la conclusión de que lo mejor sería elaborar un método para llevar cuenta de los elementos que debo empaquetar, y para ello no hay nada mejor que una lista. Es posible que muchos de vosotros ya utilicéis esta herramienta y que a pesar de serviros de apoyo, aún encontréis obstáculos para recordar todo aquello que queréis transportar con vosotros. Es por esto por lo que yo comienzo a hacer mi lista aproximadamente una semana antes de que el ajetreo de maletas se inicie, ya que contando con un margen de reflexion, es más probable que todo lo que en un primer momento no acudió a mi memoria resurja a lo largo de los días asignados, sin la molesta compañía de la presión palpable en la víspera de un vuelo. 

Fuente: Pinterest/ Source: Pinterest.

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Por último, una de las mayores reticencias a la hora de ahorrar espacio en nuestro equipaje (a parte de los famosos “por si acaso”) es esa extraña necesidad de no repetir conjunto. De alguna forma hemos terminado por determinar que el llevar las mismas prendas más de un día es un signo de bajeza, cuando hasta la mismísima duquesa de Cambridge nos desmiente luciendo en diversas ocasiones las mismas piezas. Asimismo, como yo también experimento lo complicado de cambiar esta mentalidad y soy consciente de que se trata de un proceso a largo plazo, os traigo una solución para el futuro inmediato. Los pantalones, en términos generales ocupan más sitio que las prendas para la parte superior, además de que tienden a ser mas básicas puesto que son más básicas, por lo cual en vez de llevarte cuatro pares de vaqueros y de otras tantas camisetas (y en consecuencia tener que sentarte encima de la maleta para intentar cerrarla), meter dos artículos inferiores y seis tops, camisas o blusas harán que echar el cierre sea cuestión de vida en vez de muerte. 

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À bientôt,
Le Chaos.

Guide to packing without loosing your socks (or your mind):

Two years is enough (and even, in my opinion, too much) time to make even the most sedentary of subjects yearn for the magic of temporarily leaving home and setting foot in foreign lands, in other words, traveling. 

Fuente: Pinterest/ Source: Pinterest.

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However, we must also take into consideration one of the few positive aspects that the sanitary restrictions sustain, that is, a renewed sense of appreciation for what surrounds us. One way or another, as if we were sunflowers, we have been forced to look for light when our main source of it was plunged into darkness, and fortunately most of us were pleasantly surprised. It is commonly known that the closer a treasure is, the more blind we become to it; who was going to tell us that right in front of us we had a beautiful collection of rough diamonds that we had been ignoring for years? Therefore, now that we know that our gardens are also home to flowers with delicious aromas, now that we are aware that our cities also have enigmatic places yet to be explored, now that we have stopped taking our environment and its wonders for granted, who is going to want to let go for the slightest moment? Well, precisely, each and every one of us.

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It seems somewhat paradoxical, but in truth, distancing ourselves, establishing limits and determining a space between what we love most and ourselves, rather than weakening the bond we have with it, makes us strengthen our connection. Metaphorically seen, it can be compared to our favorite song, yes, we can listen to it countless times, always enjoying it as if it were the first, nonetheless we still need to have more options in our musical repertoire, otherwise it would end up producing an irreparable boredom towards said melody. It is simply for this reason that spending some time outside the nest, rather than making us despise it, increases our desire to return to it. 

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In response to this need for touring, perhaps the only remaining excuse for postponing that weekend getaway, that cruise along the Mediterranean coast, or that visit to the mountains, is the agonizing task of packing, which risks becoming even more tedious with loss of practice. So with the arrival of June and the official consecration of the summer season, which always leads to large increases in tourism levels, I present to you the remedy for your consternation: a selection of tricks and essentials that I always keep up my sleeve when the holidays come around. 

Fuente: Tenor/ Source: Tenor.

First of all, and occupying its well-deserved position at the top of the list, is what I have dubbed: the bag of bags. If you are one of those fantastic creatures able to choose one among all their bags and not feel any remorse for the accessories left behind, I congratulate you, you are officially the envy of the rest of humanity. On the other hand, if making such a decision is as difficult for you as declaring which of your children is your favorite, I will tell you that you are not alone, there are many of us who struggle with this dilemma, but after years of despair and selections made based on from tossing a coin in the air, I have ended up creating what resembles  game of Russian dolls devised with handbags. In a few words, it is about putting each bag inside the next one from smaller to larger scale wise, until you end up with one that contains the rest of them. 

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It is clear that there are garments that can never be missing from our luggage, and if they are absent they can cause something similar to a tachycardia, so after a considerable number of visits to the emergency room caused by forgotten swimsuits or unremembered shoes, I concluded that the best thing would be to develop a method to keep track of the elements that I must pack, and for this, there is nothing better than a check list. It is possible that many of you already use this tool and that despite being a support, you still find obstacles to remember everything that you want to transport with you, that is why I start to make my list about a week before the hustle and bustle of suitcases begins, since with a margin for reflection everything that at first does not come to my memory resurfaces throughout the designated days, also, the lack of the  palpable pressure on the eve of a flight, facilitates the affair. 

Fuente: Pinterest/ Source: Pinterest.

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Finally, one of the biggest reluctance when it comes to saving space in our luggage (apart from the infamous "just in case") is that strange need not to repeat an outfit. Somehow we have ended up determining that wearing the same clothes more than one day is a sign of lowliness, when even the Duchess of Cambridge herself denies this by wearing the same pieces on several occasions. Likewise, as I also experience the complications of changing this mentality and therefore am aware that it is a long-term process, I bring you a solution for the immediate future. Pants generally take up more room than tops, plus they're less flashy as they tend to be more basic, so instead of taking four pairs of jeans and t-shirts and consequently having to sit on top of the suitcase to try and close it, putting two bottom items and six shirts or blouses will make it a matter of life rather than death.

Fuente: Pinterest/ Source: Pinterest.

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À bientôt,
Le Chaos.