Chronicles of the Met Gala: Chapter IV.

Trajes milagrosos, joyas empíreas, una velada bíblica:

Todavía perdura en el ambiente los vestigios de aquella fresca noche primaveral, aún se respira en la burbuja de la alta curia estilística lo histórico del evento y el público continúa reviviendo inconscientemente el magnetismo de ese inolvidable 7 de mayo. 

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Katy Perry (Versace) Rihanna (Maison Margiela)

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Anne Hathaway (Valentino)

Tempus fugit! Uno de los efectos menos discutidos de la pandemia es la sensación de lapso temporal que la impactante ralentización en nuestros diversos estilos de vidas ha acarreado. Jamás se me habría ocurrido pensar que en breve harán cuatro años de la Met Gala de 2018, pero las matemáticas son una ciencia exacta mientras que la mente humana traicionera y enigmática. Durante una jornada Nueva York se transformó en un verdadero destino de peregrinación idílico, es decir, un locus amoenus tanto para los amantes de la moda como para los más devotos creyentes (disculpad mi latín, pero me siento algo medieval por motivos que más abajo entenderéis). Todo ello se debe al tópico de vestimenta escogido para el pasado evento: cuerpos celestiales, lo cual afortunadamente no se traduce en siluetas esculpidas ni músculos tonificados sino en la belleza más puramente divinizada. 

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Kate Bosworth (Oscar de la Renta)

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Anya Tylor-Joy (Dolce & Gabanna)

Es probable que la monumental influencia que una ejecución tan sobresaliente alzase mis exigencias sobre la celebración, pues parece obra de milagro la manera en que (la mayoría) de los diseñadores simpatizaron con el tema ¿Será por la necesidad humana de buscar explicaciones cósmicas a la existencia? ¿Sería a causa de las raíces que unen a toda población a una religión a pesar de como haya evolucionado la perspectiva al respecto? Habría que preguntarles a los mismos Jeremy Scott, Donatella Versace, Gareth Pugh o John Galliano; pero independientemente de sus respuestas las masas se unieron a pesar de sus diferencias para celebrar un linaje de cultura espiritual que se concentró en un despliegue sensorial de los estilismos más elevados. 

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También cabría esperar que una minoría encontrase degradante el que se haga uso de escrituras, personajes y referencias sagradas en una celebración sin aparente trascendencia moral, pero si nos paramos a pensar ¿Qué que la moda sino un conector entre personas que de otro modo quizás nunca llegases a relacionarse? Darle visibilidad mediante una de las herramientas mas poderosas que se han conocido jamas es motivo de regocijo cuanto más y respeto cuanto menos. 

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Chadwick Boseman (Versace)

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Nicki Minaj (Oscar de la Renta)

Ahora bien, como tiendo irremediablemente a explayarme en lo que se refiere a mis criterios sobre los conjuntos en los episodios de las crónicas de la Met Gala, he tomado como medida preventiva para alivio del lector el seleccionar mis tres looks predilectos de la velada y los tres que menos apelaron a mis gustos ( no todos estuvieron a la altura de la hermosura angelical). Empecemos por las “malas” noticias y dejemos, como se suele, decir lo mejor para el final. 

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Bella Hadid (Chrome Hearts)

El buen gusto no es algo que se pueda comprar, y es que una silla dorada no hace de un asno un caballo. A pesar de ser la jinete más glamurosa de la última semana de la alta costura parisina, la princesa de Mónaco no supo llenar los zapatos aquella noche. Su atuendo (al contrario que ella) era pobre y dejaba mucho que desear lo que me hace cuestionarme si será verdad que la realeza es escogida por designio divino. 

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Carlota Casiraghi (YSL)

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Carlota Carasaghi (Chanel)

Nunca imaginé que llegaría el día en que no formar parte del séquito de Anthony Vaccarello me causase lágrimas… de felicidad, pero el director creativo de YSL se endiosó al pensar que el y su comitiva de modelos estaban exentos de ceñirse al código de vestimenta, está muy bien saber parecer una estrella del rock, y está aún mejor saber cuando dejar aparcado el papel. 

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Anja Rubik, Carlota Casiraghi, Charlotte Gainsbourg, Anthony Vaccarello, Mica Arganaraz, Kate Moss,
Amber Valetta (YSL)

El hijo de Jada Pink y Will Smith tampoco queda desembarazado de mi martillo de la justicia (o de la crítica), pues la forma en que se presentó en la alfombra celestial se ha ganado una visita al infierno por pecar de envanecimiento. Por si el exceso de joyería, la falta de pulcritud y la escasez de significado tras su atuendo no era suficiente, su accesorio estrella de seguro terminó el trabajo: su propio disco de oro. 

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Jaden Smith (Louis Vuitton)

Con todo, pasemos a un relato más positivo sobre quienes lucieron (desde mi punto de vista) los conjuntos más deslumbrantes de la fiesta. En primer lugar “Padre, Hijo y Espíritu Santo” se encarnaron en el trío más suculento posible, el diseñador Alessandro Michele, la cantante Lana del Rey y el actor Jared Leto unieron fuerzas llevando a los espectadores al paraíso Gucci. 

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Alessandro Michele, Lana del Rey, Jared Leto (Gucci)

Quien a pesar de no ser de sangre azul ocupo el lugar de reina fue la inigualable Blake Lively, ni la presencia de dos auténticas princesas pudieron quitarle protagonismo al empedrado de su vestido. 

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Blake Lively (Versace)

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Blake Lively (Versace)

Para despedirme os dejo con con Stella Maxwell y su traje tipo collage al estilo León Batista, verdaderamente el único motivo de lamento que me surge respecto a la apariencia de la modelo es la poca visibilidad que se le ha otorgado. 

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Stella Maxwell (Moschino)

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Stella Maxwell (Moschino)

Podéis ir en Paz.

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Zendaya (Versace)

À bientôt,
Le Chaos.

 

Miraculous outfits, empyrean jewels, a biblical evening: 

The vestiges of that cool spring night still linger in the atmosphere, the historical facet of the event is still breathed in the bubble of the high stylistic curia and the public continues to unconsciously relive the magnetism of that unforgettable May 7th. 

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Donatella Versace (Versace) Rihanna (Maison Margiela)

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Ariana Grande (Vera Wang)

Tempus fugit! One of the least discussed effects of the pandemic is the sense of time lapse that the shocking slowdown in our various lifestyles has brought. It would never have occurred to me that it would soon be four years since the 2018 Met Gala, but mathematics is an exact science while the human mind is treacherous and enigmatic. During one day, New York was transformed into a true idyllic pilgrimage destination, that is, a locus amoenus for both fashion lovers and the most devout believers (excuse my Latin, but I feel a little medieval for reasons that you will understand below). All this is due to the topic of clothing chosen for the past event: celestial bodies, which fortunately does not translate into sculpted silhouettes or toned muscles but rather in the most purely deified beauty. 

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Lily Collins (Givenchy)

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Madonna (Jean Paul Gautier)

It is probably the monumental influence that such an outstanding execution raised my demands on the celebration, since it seems like a miracle the way in which (most of) the designers sympathized with the theme. Is it because of the human need to seek cosmic explanations to the existence? Would it be because of the roots that bind every population to a religion despite how the perspective on the matter has evolved? You would have to ask the same Jeremy Scott, Donatella Versace, Gareth Pugh or John Galliano; but regardless of their responses the masses came together despite their differences to celebrate a lineage of spiritual culture that concentrated on a sensory display of the highest styles. 

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One would also expect that a minority would find it demeaning that scriptures, characters, and sacred references are used in a celebration without apparent moral transcendence, but if we stop to think, what is fashion but a connector between people who might otherwise never relate to each other? Giving it visibility through one of the most powerful tools that have ever been known is a reason to rejoice, or respect at the very least. 

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Luka Sabbat (H&M)

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Sarah Jessica Parker (Dolce & Gabanna)

Now, as I inevitably tend to expand when it comes to my criteria about the outfits in the episodes of the Met Gala Chronicles, I have taken as a preventive measure to the relief of the reader to select my three favorite looks of the evening and the three that less appealed to my tastes (not all were up to the general angelic beauty). Let's start with the "bad" news and leave, the best for last. 

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Rosie Huntington-Whitely (Ralph Lauren)

Good taste is not something that can be bought, and that is because a golden saddle does not make a horse out of a donkey. Despite being the most glamorous rider of the last week of Parisian haute couture, the princess of Monaco did not know how to fill in her shoes that night. Her attire (unlike she) was poor and left a lot to be desired which makes me question whether it is true that royalty is chosen by divine design.

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Carlota Casiraghi (YSL)

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Carlota Casiraghi (Chanel)

 

I never imagined that the day would come when not being part of Anthony Vaccarello's entourage would bring me to tears... of happiness, but the creative director of YSL was conceited to think that he and his retinue of models were exempt from adhering to the dress code,  it’s nice to know how to look like a rock star, but it is even better to know when to put a pin on it. 

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Amber Valetta, Kate Moss, Carlota Casiraghi, Anthony Vaccarello, Anja Rubik, Charlotte Gainsbourgh,
Mica Arganaraz (YSL)

The son of Jada Pink and Will Smith isn’t save either from my hammer of justice (or criticism), because the way he presented himself on the heavenly carpet has earned him a visit to hell for being vain. As if the excess of jewelry, lack of neatness, and scarcity of meaning behind his outfit weren't enough, his sure-fire star accessory finished the job: his own golden record. 

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Jaden Smith (Louis Vuitton)

However, let's move on to a more positive account of who wore (from my point of view) the most dazzling outfits at the party. Firstly “Father, Son and Holy Spirit” embodied in the most succulent trio possible, designer Alessandro Michele, singer Lana del Rey and actor Jared Leto joined forces taking viewers to an actual Gucci paradise. 

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Alessandro Michele, Lana del Rey, Jared Leto (Gucci)

Who, despite not being blue blooded, took the crown was the incomparable Blake Lively, not even the presence of two authentic princesses could take away the prominence of her cobblestone dress. 

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Blake Lively (Versace)

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Blake Lively (Versace)

To say goodbye, I leave you with Stella Maxwell wearing a brilliantly built collage type of dress that takes out the most fashionable inspiration from Leon Batistas Medival paintings. 

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Stella Maxwell (Moschino)

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Stella Maxwell (Moschino)

You may go in peace.

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SZA (Versace)

À bientôt,
Le Chaos.