Knitting isn’t just for the elderly.

La sorprendente historia del tejido de punto:

Un elemento de nuestro guardarropas tan cotidiano, interiorizado y (a simple vista) sencillo como es el tejido de punto jamás levantaría la sospecha de haber sido una tela que representó una verdadera revolución entre las masas, digna de ser incluida en los libros de historia junto a otras como la Americana, la Francesa o la Rusa. 

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Es difícil concretar una fecha o un periodo exacto para el surgimiento de esta técnica, ya que se trata de un poco resistente frente al paso de los años y los ejemplares que han podido haber se han deteriorado hasta desaparecer, no obstante, los historiadores marcan las antiguas redes de pesca como el antecesor de las prendas de punto puesto que el método de nudos y entrelazados que se empleaba para hacerlas se asemeja mucho a lo que posteriormente se concebiría como tejer. Aunque gracias a vestigios del vestuario de la Antigua Roma podemos saber que el punto es mucho más añejo de lo que cabría esperar. 

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Entonces, ¿Cómo es posible que algo que lleva tantísima cantidad de siglos acompañando al ser humano resultase ser motivo de disputa en el reciente siglo XX? Este simplemente se reduce a una cuestión de escándalo social producido por la caída de un prejuicio irracional gracias al movimiento sufragista femenino.

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Es obvia la mucha ayuda que este alzamiento ha brindado a lo largo de las décadas, y continúa proporcionando al sexo reprimido, sin embargo, rara vez se reconoce la utilidad que le ha servido a los hombres también. Claro ejemplo es “el motín del punto” que no podría haber tenido lugar sino hubiese sido por la mundialmente conocida Coco Chanel y su espíritu rebelde que la im pulsó ha realizar numerosas hazañas, como fue otorgarle prestigio a un género considerado tan vulgar y humilde a los ojos de la sociedad en los años veinte. 

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Coco Chanel

Pero para nuestra suerte la diseñadora francesa supo encontrar en este el compañero perfecto para las mujeres de la post-Primera Guerra Mundial que buscaban una mayor comodidad posible sin verse obligadas a renunciar a lucir estilistas y bellas, para poder desempeñar las labores profesionales que habían asumido durante la ausencia de los hombres y que con su regreso deseaban conservar. 

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Con este innovador objetivo en mente, Gabrielle Chanel añadió una causa más a la larga lista de estas por las que ser criticada por la intolerante mentalidad de la época que en gran parte censuraba su estilo varonil.
Asimismo, en la actualidad a pesar de haberse consolidado el macramé, el canalé, el croché o cualquier otra variante desarrollada partiendo de la acción de tejer, como destrezas de uso práctico, común e inclusive chic en la industria de la moda, a día de hoy todavía no le es reconocido el suficiente mérito que la señorita Chanel se merece por su aventura pionera con el punto. Pues si no hubiese sido por su trabajo, tanto hombres como mujeres jamás habrían sido capaz de reconocer este tejido que se reservaba para confeccionar principalmente ropa interior masculina, como una ventaja de gran provecho para sus actividades rutinarias. 

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Además, por otro lado, años más tarde tuvimos la oportunidad de poder conocer a artistas del punto tan talentosos como la pelirroja Sonia Rykiel, reina por excelencia de este material. Esta mujer que en 1968 abrió su primera boutique en las orillas del río Sena, hizo uso del descubrimiento de su antecesora para crear su propio imperio de la indumentaria. Rykiel comenzó utilizando su hobby de tejer para cubrir su propia necesidad de tener prendas cómodas y flexibles que se amoldasen sin causar estragos a su cambiante silueta durante su embarazo, pero pronto sus amigas empezaron a pedirle vestidos y otros artículos desencadenando su fama y construyendo una creciente clientela fascinada por sus creaciones. 
Con su estilo alegre y desconstructivista consiguió forjarse una reputación envidiable entre los grandes modistos y marcas de Paris y posteriormente del mundo entero. 

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Sonia Rykiel

De este mismo modo otros muchos modistos al igual que Sonia Rykiel y sus cabellos color fuego optaron por continuar el legado de Coco Chanel mediante el tejido de punto diseñando prendas vistosas o minimalistas, coloridas o neutras, ostentosas o recatadas pero siempre muy ponibles gracias a la libertad de movimiento que proporcionan al portador.

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Jacquemus 

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Marc Jacobs 

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Miu Miu

À bientôt,
Le Chaos.

 

The surprinsing story behind knitwear:

An element of our wardrobe as daily, internalized and (at first glance) simple as knitwear would never raise the suspicion of having been a fabric that represented a true revolution among the masses, worthy of being included in the history books together with others such as the American, the French or the Russian.

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It is difficult to specify an exact date or period for the emergence of this technique, since it is not so resistant to the passage of time and the specimens that may have existed probably deteriorated until they disappeared, however, historians mark the ancient fishing nets as the predecessor of knitting since the method of knots and interlacing that was used to make them closely resembles what would later be conceived as it. Although thanks to few vestiges of the costumes of Ancient Rome we can know that knitwear is much older than we would expect. 

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So, how is it possible that something that has been accompanying the human being for so many centuries turned out to be a matter of dispute in the recent 20th century? It is simply reduced to a question of social scandal produced by the fall of an irrational prejudice thanks to the women's suffrage movement. 

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It is obvious how much help this uprising has provided over the decades, and continues to provide to the repressed sex, yet the usefulness it has served men as well is rarely recognized. A clear example is "the riot of knitting" that could not have taken place if it had not been for the world-renowned Coco Chanel and her rebellious spirit that prompted her to perform numerous feats, such as giving prestige to a genre considered so vulgar and humble to the eyes of society in the twenties. 

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Coco Chanel

But for our luck the French designer found in this the perfect companion for post-World War I women who were looking for the greatest possible comfort without being forced to give up looking stylish and beautiful, in order to carry out the professional tasks they had assumed during the absence of the men and that with their return they wished to keep. 

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With this groundbreaking goal in mind, Gabrielle Chanel added one more cause to the long list of things to  criticized for in the intolerant mentality of the time that largely censored her manly style. Likewise, nowadays despite having consolidated macramé, ribbed, crochet or any other variant developed starting from the action of weaving, as skills of practical, common and even chic use in the fashion industry, to this day, she has not yet received the sufficient credit that Miss Chanel deserves for her pioneering adventure with knitting. Because if it had not been for her work, both men and women would never have been able to recognize this fabric that was reserved to make mainly men's underwear, as a very useful advantage for their routine activities. 

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In addition, on the other hand, years later we had the opportunity to meet talented knitwear artists such as the redhead Sonia Rykiel, queen par excellence of this material. This woman, who in 1968 opened her first boutique on the banks of the Seine River, made use of her predecessor's discovery to create her own apparel empire. Rykiel began using her hobby of knitting to meet her own need for comfortable, flexible garments that would mold without wreaking havoc on her changing figure during her pregnancy, but soon her friends began asking her for dresses and other items, sparking her fame and building a growing clientele fascinated by her creations. With her cheerful and deconstructivist style, she managed to forge an enviable reputation among the great couturiers and brands in Paris and later on throughout the world. 

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Sonia Rykiel

In the same way, many other fashion designers like Sonia Rykiel and her fire-colored hair chose to continue the legacy of Coco Chanel through knitting, designing garments that could be either showy or minimalist, colorful or neutral, ostentatious or demure but always very wearable thanks to the freedom of movement that they provide to the wearer.

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Jacquemus 

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Marc Jacobs

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Miu Miu

À bientôt,
Le Chaos.